Un singular espejismo en el desierto y prueba palpable del poder de los petrodólares. Así es este pequeño y sorprendente emirato que crece en las preferencias turísticas del mundo. Ahora, a sus récords internacionales le acaba de sumar otro: Dubái será la sede de la Expo Universal 2020, algo que ningún país de Medio Oriente había logrado en los 160 años de historia de la muestra.

. Símbolo del poderío económico de los Emiratos, esta torre de 828 m. inaugurada en enero de 2010 se levanta en pleno downtown con el orgullo de ser el edificio más alto del mundo. Su diseño recuerda un género de flores del desierto (Hymenocallis) y en sus 163 plantas coexisten 900 residencias particulares, 37 pisos de oficinas y un Armani Hotel de 160 habitaciones y 144 apartamentos. En el piso 124 funciona de 10 a 1 del día siguiente un observatorio que permite admirar la urbe y sus alrededores desde las alturas. El acceso cuesta 125 dirhams y se aconseja reservar con anticipación día y horario pues existe mucha demanda y los cupos son limitados.

Hotelería. La industria de la hospitalidad brilla en esta ciudad con numerosos hoteles de gran lujo y modernas estructuras. Si bien el más representativo es el Burj Al Arab (202 suites), falsamente conceptuado como “7 estrellas” (categoría que no existe en los estándares internacionales), hay multiplicidad de propiedades para recomendar por sus servicios y tarifas acordes. Un caso es el flamante JW Marriott Marquis, de 72 pisos y 804 habitaciones completamente equipadas, con 12 restaurantes, spa, gimnasio, piscina y 32 salones para reuniones sociales y corporativas. Imperdible el desayuno buffet en Kitchen 6, con estaciones de comidas para todos los gustos (140 dirhams por persona).

Tradiciones. Bajo el lema “Open Doors, Open Minds” (Puertas abiertas, mentes abiertas) el Sheik Mohammed Centre for Cultural Understanding (Smccu) fue creado con el propósito de romper barreras entre nacionalidades y dar a conocer la cultura, costumbres y religión de los Emiratos Árabes Unidos. Este sitio con viejos muros y edificaciones, se levanta en Al Fahidi, uno de los barrios más antiguos de la urbe. Hay paseos guiados, comidas típicas con charlas a cargo de un anfitrión emiratí y es posible visitar la mezquita de Jumeirah (sábados a jueves a las 10), donde se brinda una explicación religiosa. Un dato: todas las actividades son sólo en inglés.

 

El Creek. Al Bastakiya, el sector más antiguo de la urbe, está recostado sobre el Creek, un brazo angosto del golfo Pérsico que separa Deira Dubai y Bur Dubai. Viejas lanchas descubiertas de madera unen ambas costas al irrisorio precio de 1 dirham. Vale la pena hacer el cruce (es totalmente seguro) y recorrer el área a pie, donde se encuentran varias mezquitas y mercados. Hay cruceros nocturnos a bordo de coloridas embarcaciones típicas que navegan plácidamente por el Creek y bordean la costa del golfo. El servicio incluye una suculenta cena buffet al amparo de melodías árabes (295 dirhams).

Transporte. Cuidadosamente planificado, el sistema RTA (Roads and Transport Authority) consta de 47 estaciones de metro, 62 rutas de autobuses y más de 7 mil taxis. Hay taxis para mujeres conducidos por mujeres (se reconocen por sus techos pintados de rosa). Inaugurado en 2009, el Dubai Metro opera dos líneas totalmente automatizadas: la Red, de 52 km. entre Rashidiya y Jebel Ali; y la Green, de 23,9 km., entre Qusais y Dubai Creek. Existen además un servicio de Water Bus por el Dubai Creek y un monorail en la isla artificial Palm Jumeirah que conecta la entrada (Gateway Station) con el Atlantis Hotel, en el otro extremo. Demás está decir que todos los servicios mencionados cuentan con aire acondicionado.

Gastronomía. Los sabores pueden ser locales, regionales o globales. En Dubái la comida no es problema gracias a las cerca de 200 nacionalidades que aquí conviven. Pueden ser platos árabes, latinoamericanos o asiáticos, entre muchos otros. Atención: no todos los restaurantes poseen licencias para vender bebidas alcohólicas, seguridad que sí se tiene en aquellos situados en los hoteles. Un snack típico es el shawarma, hecho con finas láminas de pollo o cordero cocinadas en un asador vertical y consumidas en un pan pita (árabe) junto con vegetales y mayonesa de ajo. Otro clásico es el fala-fil, croqueta de garbanzos o habas.

Compras. Si de shopping en general se trata, la respuesta es el Dubai Mall, el centro comercial más grande del mundo. Ostenta 1.200 tiendas de prestigiosas marcas internacionales, un enorme acuario con 33 mil variedades marinas y una pista de patinaje sobre hielo de tamaño olímpico. Sus instalaciones incluyen la Dubai Fountain, que ofrece un atrayente espectáculo de agua, luces y sonido. Si se está en búsqueda de productos típicos -como textiles, artesanías, alfombras persas, etc.- nada mejor que los tradicionales “souks”, donde el regateo es práctica común. Siempre hay que pedir descuento (y uno siempre lo obtiene). El Deira Gold Souk sorprende por sus piezas auténticas de oro, perlas y piedras preciosas.

Palm Jumeirah. En esta sorprendente isla artificial con forma de palmera se levantan algunas de las mansiones más opulentas del emirato así como lujosos hoteles. Para crear sus 31 km² de superficie fueron necesarias 7 millones de toneladas de piedra y 120 millones de metros cúbicos de arena. La inversión alcanzó los US$ 12 mil millones. En su interior hay varios hoteles, siendo el más imponente el Atlantis, de 1.539 habitaciones, con parque acuático donde se puede nada con delfines, centro de conferencias y varios restaurantes gourmet. El Al Ittihad Park aporta una cuota de verde con más de 60 variedades autóctonas de árboles y plantas.

Desierto. Kilómetros y kilómetros de dunas infinitas conforman el paisaje natural del emirato, solo alterado por el cemento y los rascacielos de la colosal urbe. Un desierto infinito que invita a palpitarlo con una travesía en camionetas 4×4 conducidas por choferes expertos, observar un show con halcones, dar una vuelta en camello y culminar la experiencia con una cena con alfombras tendidas sobre la arena con la infaltable odalisca. Antes de emprender el regreso, las luces se apagan por unos segundos para observar el cielo tapizado de estrellas. Inolvidable. La excursión la organiza Arabian Adventures a un costo de 350 dirhams.

Deportes. En Dubái todo deporte es posible. Incluyendo el esquí en una estación artificial de 22.500 m² de pistas y cinco niveles de dificultad en el Mall of the Emirates; y golf hasta la medianoche en los campos de tres instituciones: Emirates Golf Club, The Tranck at Meydan y The Montgomerie. Con niveles más altos de adrenalina, sobresalen el simulador de paracaidismo de SkyDive Dubai o el sandboarding en las dunas del desierto. Además, las aguas del golfo constituyen un escenario ideal para practicar pesca, jet-skiing, parasailing y buceo, entre otras actividades. Y en el Dubai Dolphinarium es posible nadar con delfines.